sábado, 22 de septiembre de 2007

Ring-raja (1º parte)

El típico jueguito del "Ring-raja": tocas el timbre y te lanzas a correr. ¿Quién no lo ha jugado?
Eso mismo pensó José, cuando me vio atándome los cordones de una de mis zapatillas; no tuvo mejor idea que tocar el timbre y mandarse a mudar.
-¿Ya estamos bastantes grandecito no José? Lo puteaba a lo lejos.
Alcé mi mochila llena de libros y sin dejarme oportunidad a decir algo más, o si quiera a moverme, se abrió una puerta a mi derecha y se sintió una vocecita arrugarse:
-¿Hola?
Dándome vuelta lentamente, pensando que decir, pues había quedado para la foto, mire a la Señora y pude observar que no solo su voz parecía arrugarse.
- Buenas noches ¿aquí vive la familia García?- pregunté, tratando de meter un gol de media cancha.
- No, equivocado - contestó confundida como si hablara por teléfono.
- Haaaaa- murmuré mientras la miraba..
Y me preguntaba a mi mismo cuantas historias podrían contar esas arrugas. Me sentí obligado a contar una historia yo para no quedar mal ante ellas y sus relatos mudos.
- Disculpe Ud. ¿Y no conoce una familia García por acá cerca?- agregué.
- Mmmm... -se llevó la mano al mentón y puso a desempolvar algunas neuronas noveleras- No, creo que no.
- Hay pero que lastima, que mala suerte; lo que pasa es que los estaba buscando para quedarme con ellos. Vine desde muy lejos y confiado.- interrumpí.
-¿Anda viajando?- preguntó observando mi mochila al hombro.
- Así es, vine de Córdoba y si no los encuentro voy a tener que buscar un hotel....¿Conoce alguno por acá cerca y que sea barato? Vine con lo justo.
- ¿Y que andas haciendo tan lejos de tu casa?- ignorando mi pregunta buscó satisfacer sus propias dudas, digno de esas señoras chismosas que le dan a la lengua los domingos por la tarde.
- Vine a traer unos papeles y ver el tema del estudio. Una visita rápida se podría decir. Y viendo la hora que es necesito encontrar un hotel ahora, así mañana a la mañana los trato de ubicar.
- Si aquí a 3 o 4 cuadras hay uno. Pero si es por esta noche nada más... te podes quedar acá.- sonrió simpática.
- ¿Me esta ofreciendo su casa? No, no podría causarle esa molestia Señora- Quedé sorprendido por la invitación.
- Hay por favor como te vas a ir un hotel, esta noche te quedas acá.- replico entusiasta.
- Pero..
- Dale pasa, se hace tarde- me interrumpió casi empujándome a entrar.
Mientras cruzaba el pórtico pensaba " fue gol, yo quise tirar un centro o un pase largo... pero fue gol...". Y me recriminaba " ya no quedan personas así, por tipos como yo, están en extinción".

1 comentario:

-Anna- dijo...

Que divina la viejita, es cierto que quedan pocas personas así en este mundo, ya todos te miran con cara rara por más que seas la persona más normal del mundo.
Muy bueno señorito, ahora leo la segunda parte.
Besotes :) Ya era hora que yo me pasara por acá no??

 
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