Crepúsculo

-¿Qué es eso anaranjado mami?- murmuró la pequeña.
- Es el sol - le contesto su madre.
-¿Y por qué nos persigue? ¿Cómo hace para pasar por esos árboles?- Preguntó celosamente la niña.
La madre se tomó un instante, alejó sus problemas y vicisitudes de su mente por solo un momento, y cambió ese amargo gesto, que traía desde hace días, por una despreocupada sonrisa que le regaló gentilmente a su hija.
Le desabrochó el cinturón para que pudiera girar mejor y ver el crepúsculo con más comodidad. Estaba cautivada por la inocencia de su hija hipnotizada por el astro; no podía dejar de mirarla, recordando 5 o 6 años atrás cuando la tenía entre sus brazos, se veía igual: tan tierna, tan dulce, y sobre todo tan inocente. Tenía todo un mundo por descubrir.... cuando cayó, de golpe, a la realidad; sus ideas fueron interrumpidas por 4 toneladas de acero que se precipitaron en sentido contrario a sus sueños.
Desde los hierros retorcidos la pequeña se despedía del sol y veía como este se despedía de ella.